Después de doce años volvemos a tener votaciones para elegir a la Junta Directiva de nuestra Demarcación y nos felicitamos por ello. Siempre es más democrática una Junta salida por sufragio.
Las circunstancias del Colegio han cambiado considerablemente en estos doce años. Seguimos con la dichosa crisis. Y la crisis afecta en el bolsillo, pero no solo a éste, también en el ocio, en lo personal y en lo profesional. Menos trabajo, menos dinero, más preocupaciones y tiempo para dar vueltas a la cabeza.
El relevo natural de la actual Junta Directiva, cada dos años durante los diez últimos años, encabezada por el mismo Presidente al que se han ido incorporando nuevas caras, ha sido interrumpido en esta ocasión por la presentación de una candidatura alternativa, lo cual implica que va a haber elecciones y el colectivo deberá decantarse por una de las propuestas.
Esta circunstancia sólo se ha producido, que recordemos, una vez en los últimos veinticinco años y el resultado, obviamente, fue favorable a una de las dos candidaturas, pero la escasísima diferencia de votos pudo ser considerada como empate técnico.
La aparición de distintos candidatos, de distintos programas, de debate, siempre ha de ser positiva y enriquecedora, más cuando se presentan distintas formas de entender el Colegio y la profesión.
Juan Antonio Miranda ha pasado por Juntas Directivas durante 18 años, de los cuales 16 ha sido Presidente y en los últimos diez años de forma consecutiva. Según lo que hemos visto hasta ahora, la candidatura de Juan Antonio Miranda procura mantener el Colegio económica y funcionalmente, incrementando pagos por servicios y visado para equilibrar gastos que no se reducen y buscando fuentes alternativas de financiación.
Carmen Gómez, con la experiencia de diez años trabajando desde dentro como Secretaria Técnica, de los cuales cuatro fue además Secretaria de Junta, plantea el Colegio como un órgano al servicio de los colegiados, siendo estos últimos el objeto fundamental de la existencia de los Colegios. Propugna la transparencia, la cohesión y participación del colectivo y más defensa del colegiado ante las administraciones y ante la propia sociedad. El Colegio debe adaptarse a la nueva realidad económica, actual y futura.
Los programas de cada candidatura están por ver y esperemos que sean legibles, concretos y creíbles. Si gana la mejor candidatura estaremos ganando todos.
Ahora es el momento de ejercer el derecho al voto y elegir democráticamente a la Junta Directiva que nos va a representar durante los próximos dos años, en tiempos muy difíciles para los Colegios y la profesión.
enhorabuena, por profundizar la democracia en nuestro colectivo. Aunque en el diagnóstico creo que os quedais cortos, la realidad es mucho mas dura que poco trabajo, y menos dinero... También podemos hablar de la "fuga de cerebros" como se le denomina a la falta de perspectivas para los jóvenes arquitectos, que me consta está siendo sangrante, con la de recursos que hemos invertido en formarlos. También la crisis, que a mi entender es mas bien provocada, está dejando en la población 6.200.000 parados y casi 2 millones de familias que no ingresan un solo euro. Entre los parados hay también compañeros arquitectos. No es que haya poco trabajo, es que para muchos de nosotros no hay ninguno, y si encima tienes 57 años y eres inmigrante, ni te cuento ya que seguro no tienes ni los años minimos aportados para una prejubilación siquiera. La desprotección es total, ya que muchos no cobramos siquiera paro. La migración hacia otras actividades es un hecho también.Con las dificultades propias de comenzar una nueva actividad. Quizá en la reducida sociedad segoviana acomodada, esto no haga mella, ni siquiera sea una preocupación. Pero existe y hay muchos casos. Solo deseo que cualquiera de las candidaturas que surjan de esta votación, tengan en cuenta todos los temas que nos afectan y que son en gran medida los mismos que a la sociedad en su conjunto, que sufren ( sufrimos) con los recortes en sanidad, educación y servicios públicos, con los desahucios que afectan a muchísimas familias de este país, una reflexión hacia la vocación social de nuestra profesión, algo que nunca deberíamos haber perdido ( si es que alguna vez la tuvimos ) ( salvo honrosas excepciones). Lo dicho toda mi esperanza para que los que vayan a asumir la responsabilidad de representarnos tengan la lucidez y la sabiduría que la sociedad necesita que aportemos.
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