miércoles, 11 de diciembre de 2019

DE ENCUESTAS, DE COLEGIOS Y DE MONASTERIO

Recientemente hemos recibido los resultados de una encuesta realizada por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España en el año 2018 sobre el estado de la profesión y cuyos datos se hacen públicos ahora, casi finalizando el 2019.

Una encuesta elaborada por expertos sociólogos y con grandes pretensiones que francamente no arroja nada nuevo que no sepamos ya.

Lo primero que llama la atención es su escasa participación, aunque hablan de un porcentaje de 14,1% en realidad tan sólo un 8,1% de los arquitectos colegiados ha completado la encuesta.

De ese porcentaje el 70,4% son hombres y el 29,6% mujeres.

Los resultados se han segmentado en franjas de edad, sexo y situación socio-laboral.

A continuación podéis acceder a la encuesta completa, informe ejecutivo y nota de prensa del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
  
  

Resumiendo, estos son algunos de los datos que se recogen:
  • El 81,2% de los encuestados trabaja por cuenta propia.
  • La media de ingresos brutos anuales (en el año 2017) es de 22.265 € (ya los quisieran muchos), mientras la media de ingresos de arquitectos en Europa supera los 35.000 € al año.
  • En estos datos de ingresos hay una importante brecha de género (la mujer siempre por debajo del hombre) y entre el sector privado y público (destacando mayores ingresos en el sector público).
  • Hay importantes diferencias salariales según sexo principalmente en el sector privado.
  • El número de mujeres graduadas en las Escuelas de Arquitectura es cada vez mayor al número de hombres y el tiempo que dedican a su formación es también mayor y sin embargo estos números no se corresponden con el nivel de ingresos y su representatividad en cargos de responsabilidad y en cargos colegiales.
  • El 54,7% de las arquitectas encuestadas han sufrido discriminación de género mientras tan solo el 3,4% de los arquitectos afirman haberla sufrido.
  • Los encuestados señalan, como principales obstáculos, la escasez de ingresos, el exceso de burocracia y la insuficiencia de un marco regulatorio que garantice el ejercicio profesional.
Una encuesta muy amplia, en la que se ha empleado mucho tiempo y se supone gran cantidad de euros. Que saca conclusiones del Presidente del CSCAE como:
  • “Nos permite ver un colectivo todavía fuertemente golpeado por el hundimiento del sector construcción derivado de la crisis financiera que asume los cambios en los que estamos inmersos y se está formando para dar una buena respuesta a las necesidades de la población y a los retos medioambientales y tecnológicos actuales”.
  • “Para una parte importante del colectivo, la situación ha llegado a un punto insostenible que no se puede prolongar más porque no garantiza el ejercicio de la profesión con dignidad”.
  • “Hay muchas dificultades para conseguir remuneraciones justas por el trabajo realizado”.
Y las perspectivas en un futuro próximo tampoco son halagüeñas y no se extrae ninguna clave para mejorarlas.


Después de un año de trabajo, la encuesta nos deja aún más deprimidos de lo que estábamos y no nos viene a dar pautas de mejora. Se ha analizado la situación actual y en lo referente a la valoración sobre los Colegios y el CSCAE se echa de menos preguntas más concretas e incisivas que de verdad aporten lo que los colegiados opinan de los Colegios y si los consideran imprescindibles para ejercer la profesión, la posibilidad de unificar colegios, unificar visados, eliminar el organigrama actual con multitud de cargos y exceso de burocracia, el coste que suponen los Colegios a los colegiados o la opinión sobre colegiarse en el caso de que la colegiación no sea obligatoria.

Encuesta que nos ha dejado indiferentes, perdiéndose una ocasión valiosa para obtener unos resultados no solo centrados en la situación de la profesión sino también en la relación Colegios-colegiados, que ya con el escaso índice de participación no parece gozar de buena salud.

En estos días los Colegios y el CSCAE han estado presentes en los medios de comunicación y en las redes sociales por las actuaciones de la arquitecta Rocío Monasterio (miembro del partido de ultraderecha VOX y diputada en la Asamblea de Madrid), la arquitecta “que no sabía si era arquitecta” y que en repetidas ocasiones ha aparecido en documentos firmando como tal cuando no había obtenido el título y menos aún se había colegiado.


Presentada denuncia por intrusismo ante la Comisión Deontológica del COAM, el caso se ha archivado porque cuando cometió las irregularidades no estaba colegiada. Después del revuelo causado y la indignación generalizada entre todo el colectivo, salir con estas declaraciones deja a la profesión muy mal parada. Cierto es que no estaba colegiada y probablemente los hechos hayan prescrito, pero al menos deberían haber sacado una nota de condena más contundente. Creo que el colectivo de arquitectos nos lo merecemos. 

En el siguiente enlace artículo aparecido en el diario El País:
El Colegio de Arquitectos archiva la denuncia por intrusismo contra Monasterio porque solo investiga a sus miembros

La moraleja que se saca es que es mejor no colegiarse para poder hacer todas las fechorías e incumplir normas deontológicas. Las normas solo existen para los colegiados.
Hemos visto un llamamiento en las redes sociales invitando a descolegiarse para hacer proyectos sin visar sin ningún problema.

Para llorar es también el comunicado de prensa conjunto que sacaron COAM y CSCAE en el que hablan del bien y del mal, hacen referencia a artículos de los estatutos, pero tampoco hay condena explícita.
 

 

¿Para qué queremos los Colegios de Arquitectos si en los momentos críticos como éste en el que se están aireando irregularidades cometidas por una arquitecta no sale en defensa de la profesión y de los ciudadanos en general y en particular de los que se han visto afectados por estas actuaciones y a los que ha perjudicado seriamente?

Y ahora salen diciendo que lo que hay que hacer es modificar el Código Deontológico que aprobaron hace tres años, para quedar bien de cara a la galería.

En el siguiente enlace otra noticia al respecto del diario El País:
El "caso Monasterio" lleva a los arquitectos de España a cambiar sus normas éticas

A continuación un artículo publicado en el mismo diario El País del arquitecto José Mª Echarte Ramos, agudo e incisivo, como siempre:
Los trucos de Rocío Monasterio para suplantar la firma de "arquitecta" (y otros desmanes)

Y por último, publicación del blog stepienybarno:
Rocío Monasterio abre la veda a los proyectos sin visar

Y hablando de Colegios, su pasividad, inoperancia y el desapego cada vez mayor de los colegiados, me viene a la mente la última asamblea general celebrada en la Demarcación de Segovia, siempre considero que de las dos que se celebran al año es la más importante ya que en ésta se aprueba el presupuesto del año siguiente y las líneas de actuación.


La endogamia de los Colegios se pone de manifiesto cuando sus dirigentes dejan de pensar en el colectivo que son los verdaderos artífices, razón de ser y contenido del Colegio y solo piensan en el continente, es decir en ellos mismos, empleados y en la propia sede.

Y ahora que parece que los ingresos van mejor y se presenta un cierre de año con un superávit considerable en lo último que se piensa es en los colegiados, meros actores pasivos que además no van a las asambleas y no se enteran o no quieren enterarse de nada. Mejor es subirse las dietas un 33% (porque yo lo valgo) y el sueldo del personal casi un 12% con respecto al cierre del año 2018 y además una gratificación extraordinaria para cerrar el año. Mientras nos siguen machacando con cuotas de Colegio COACyLE, cuotas de Demarcación, cuota anual de apertura de expedientes, gastos de visado, etc., etc. 


¿No sería más lógico disminuir los ingresos reduciendo las aportaciones de los colegiados ya sea de las cuotas de Demarcación o de los gastos de visado? Así, se equilibraría el presupuesto sin necesidad de incrementar los gastos para absorber ese superávit. Y para aumentar los gastos que sean los repercutidos directamente en los colegiados subvencionando cursos de formación por ejemplo.


En contraprestación aparecen importantes partidas de obras en Sede en diferentes capítulos que están sin especificar, además de otras mejoras e inversiones cuya suma alcanza una enorme cuantía y mientras llevamos varios años sin servidor en la Demarcación, sin poder consultar ningún expediente y varios meses sin página web. Asamblea tras asamblea afirmando que en breve se va a solucionar y llevamos asi años. Es preferible invertir en obras que mejoren la imagen de cara a la galería, pero no para mejorar el funcionamiento del Colegio de cara a los colegiados.


Este tipo de actuaciones a nivel local, es un ejemplo de lo que ocurre en general con los Colegios y colegiados. Y cuando de verdad necesitamos al Colegio para que salga a la palestra a defender la profesión por intrusismo o a sacar los colores en las dudosas convocatorias de plazas de arquitecto que salen ya con nombre, o en los concursos de proyectos con presuntas irregularidades, bajada de honorarios, escasos plazos, o en las ofertas de trabajo denigrantes, etc., prefieren mirar para otro lado y no mojarse, muchas veces por implicaciones políticas, otras por falta de interés. Es preferible evitar situaciones incómodas.

Pero para cobrar cuotas y subirse las dietas no tienen ningún reparo.
¡Qué se puede esperar de unos Colegios cada vez más politizados, cada vez más vacíos de contenido, rancios y sin ningún indicio de querer cambiar!. La participación del colectivo en las asambleas es escasa por no decir nula, pero en el fondo eso es lo que quieren los dirigentes para hacer y deshacer a su antojo. Muchos colegiados afirman que irían a una asamblea solo para votar que desaparezcan los Colegios….

Hace poco en redes sociales veíamos diferentes motivos por los que deberían modificarse los Estatutos de los Colegios, son muchos y muy variados. Pero da igual no interesa cambiarlos: ¿para qué limitar el mandato de los cargos electorales?, ¿para qué instaurar el voto telemático tanto en asambleas como en elecciones?, ¿para qué exigir mayor transparencia?, ¿para qué permitir que sean los colegiados los que elijan al Presidente del CSCAE?, ¿para qué…? 

Mientras los dirigentes colegiales utilicen sus cargos para otros fines y los conviertan prácticamente en una salida profesional o en plataformas para sus aspiraciones personales o políticas en lugar de un puesto vocacional, seguiremos igual. 
Solo por presiones mediáticas dicen que van a cambiar normas deontológicas tras el caso “Monasterio”. Ya veremos en qué queda todo.

ESTO NO TIENE ARREGLO Y NO HAY NIGÚN INTERÉS EN ARREGLARLO CON ENCUESTAS Y SIN ENCUESTAS, MODIFICANDO O NO LAS NORMAS DEONTOLÓGICAS O LOS ESTATUTOS.

By Carmen Gómez